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Página:Daany Beédxe.djvu/300

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Águila Nocturna, quizás nuca lo fuiste, acaso desde el principio fuiste un espíritu encarnado en el vuelo solitario de una águila nocturna, que muy pocos mortales vieron pasar en la oscuridad de la noche.

A pesar de todo tu sacrificio, todavía no llegas a recuperarte totalmente. Sigues en el camino, viajero del espíritu, todavía no has llegado. Tú has descubierto, en el mundo cotidiano, con el dolor en carne viva, una de las normas de los aspirantes a la libertad total. Que los guerreros no tienen ni nombre, ni tierra, ni familia, ni apego a las personas, sentimientos, ideas y mucho menos a los objetos. El guerrero es invulnerable porque no tiene nada que defender. Es poderoso porque no desea nada. El guerrero es invisible y transparente, porque no tiene importancia personal que imponer y cargar. El guerrero es impecable porque no gasta su preciada energía en actos y sentimientos estériles y fallidos. Usa al mundo como un campo de batalla de su Guerra Florida y al mismo tiempo evita al máximo tocar y lastimar ese mismo mundo.

Después de muchos años, regresas y estas aquí, y todavía no has llegado. Te falta alcanzar la última renunciación. Te falta llegar al final del camino, para que encuentres tu rostro propio y tu corazón verdadero. Cuando sepas de dónde vienes, sabrás quién eres y a dónde quieres ir en la vida. Serás el verdadero dueño de tu destino.

Finalmente te dejaré un regalo que te manda la piedra de los pedimentos, a través de mi persona; escucha bien Águila Nocturna.

"—El ave para nacer, necesita romper el cascaron."

Águila Nocturna despertó cuando la luna estaba en lo más alto del cielo. El frío de la noche había enfriado su cuerpo. Desde la roca, veía a su pueblo natal dormir. La luna estaba radiante y la atmósfera completamente limpia y transparente. El viento del Norte volaba los cabellos del Guerrero.

Esa noche Águila Nocturna lloró todas las lágrimas que le quedaban para el resto de su vida. Contemplaba a su pueblo como una imagen

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