Página:De Gregorio Lavie. La Ciudadana, para las mujeres que votan. Buenos Aires, 1948.djvu/111

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida

LA CIUDADANA 107

Las mujeres no se decidian a trabajar fuera de su hogar sino ante el apremio de la necesidad y es entonces cuando aceptaron bajos salarios. Su campafia por conseguir remune- raciones equitativas fué mas tardia que la de los hombres. En los primeros tiempos se la consideraba como formando parte de un grupo familiar en que la responsabilidad financiera re- posaba en el hombre. El dinero que aportaba no se admitia Como indispensable, pues aunque no ingresara, no peligraba la estabilidad del grupo. Pese a la evolucion, los empleadores persisten en sostener que no debe pagarse mas a las obreras porque el producto de su trabajo se destina para satisfacer el deseo de cosas superfluas.

En nuestro pais, hasta que estadisticas y estudios mas per- fectos den una confirmacién cabal a estas afirmaciones, po- demos anotar la conclusion a que arriba la Memoria de la “Caja de Maternidad” 1942: “El costo y condiciones de Vida disminuyen la natalidad y aumentan la mortalidad”. “Las mujeres tienen que trabajar fuera de sus casas para afrontar las necesidades de la familia” (pég. 26).

En la actualidad los sueldos de las mujeres son en muchos casos tan importantes para la economia del hogar como los de los hombres.

Cuando los hijos se alejan del hogar paterno—cosa que ocurre antes que las hijas—es frecuente que éstas se hagan cargo de la responsabilidad financiera.

Las solteras dependen en gran nfimero de su propio sueldo para su sostén o tienen padres ancianos o hermanos mas jévenes a quienes mantener.

Las casadas que trabajan lo hacen con frecuencia impul- sadas por la necesidad de mantener un nivel decoroso de vida familiar. Son muchas las que tienen maridos enfermos, in- Validos o simplemente desocupados.