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Página:De Madrid a Nápoles (1878).djvu/277

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DE MADRID A NAPOLES.

que llevo de recorrer estas gradas, en figurarme el anchuroso Circo poblado porlos30,000 espectadores que cabian en él, y he creido verlos, sentados á la sombra de cortinajes de seda, vestidos con la túnica y el manto, descubierta la frente, hablando el latin, nuestra materna lengua, en tanto que de las 24 prisiones que acabo de visitar iban saliendo los esclavos, los criminales ó los cristianos destinados á las fieras...

Y recordando nuestras fiestas de toros, he escuchado, sin hacer un gran esfuerzo de imaginacion, el vocerío de la muchedumbre, el grito del condenado, el rugido del tigre que se lanzaba sobre él, el atronador aplauso, el alarido de las trompetas...

Y luégo, andando el tiempo, he visto desaparecer aquellas gentes, y reinar el silencio y la soledad en el Anfiteatro, y crecer la ociosa yerba entre los mármoles, y aparecer por un vomitorio una procesion de hombres pálidos y tristes, vestidos ya de otra manera, que paseaban solem-— nemente una Cruz por uno y otro corredor, por las gradas, por los acuealuctos que servian para los juegos navales, por las prisiones empapadas de lágrimas, por la arena empapada de sangre, y por la tribuna que proTanó la crueldad bajo la investidura de la justicia...

Todo esto he creido ver.

Y despues he visto, no ya con la imaginacion, sino con los ojos, Otra Cosa que me ha hecho reir homéricamente y que merece ser contada.

Es el casoque, en medio de la arenadel Circo, se ha construido modernamente un Teatro, improvisado con madera y lienzo, en el cual, á lo que me han dicho, se representan pantominas los domingos porla tarde.

—Una tercera parte de las gradas tienen vista sobre el escenario, y en ellas se coloca la plebe. En el espacio que media entre el Teatro y las <radas hay algunas hileras de sillas en que se sientan las personas de mas suposicion. Y por último, desde el proscenio hasta la circunferencia del Circo, avanzan divergentemente dos galerías, cubiertas de tejas, en que se hallan los palcos de la aristocracia. Un insignificante corredor del colosal edificio sirve de café, y aún resulta grande para tal uso!

Cualquira diria que un espíritu burlon ha concebido la idea de este Coliseo para establecer un contraste entre los pasados y los actuales tienpos de Verona.

—Esta rebanada (permitidme la palabra) del antiguo anfiteatro, sir= viendo para contener un templo de las artes modernas y al público veronés de hoy, es la mas cruel irrision que puede hacese del destino de algunos pueblos y de las vicisitudes humanas.

Aparte de esto, las galerías inferiores sirven para almacenes de heno y paja de la caballería tudesca. En otro lado se ve un gran depósito de leña, de donde creo que se surte toda la capital! ¡Y sin embargo, el edificio es tan inmensurable, que con encerrar tantas cosas, resulta todavía desierto y desocupado!


Para venir del Anfiteatro á la Tumba de Julieta he pasado por una