Página:De Madrid a Nápoles (1878).djvu/603

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida
555
DE MADRID A NAPOLES

y fue en 1592, cuando se abrió un Canal por encima de ella para llevar las aguas del Sarno á Torre Anunciata, aldea levantada á muy poca distancia del trágico escenario... — Pero nada se descubrió , á pesar de que el Canal cruzaba sobre el Foro y sobre el Templo de Venus...

Finalmente, el año de 17 i8, reinando aquí nuestro Carlos III, unos campesinos hicieron un hoyo, en busca de agua, en los viñedos que cubrian toda la ciudad, y descubrieron algunos objetos de arte. — Esto movió la curiosidad del Rey: estudióse, investigóse, compulsáronse datos, y ya no cupo duda de que Pompeya existia entera debajo de aquellas viñas. — Las excavaciones [confirmaron y excedieron todos los cálculos: la ceniza, aunque muy endurecida por los siglos, se levantaba fácilmente: Pompeya se encontraba intacta : los objetos más perecederos se hablan conservado prodigiosamente. — La antigüedad pagana brotaba, pues, de la tierra, viva, auténtica, fehaciente, como si la evócasela trompeta del Juicio Final!

Pero Cárlos III se fué á reinar á España, y sus sucesores no dedicaron á las excavaciones la atencion preferente que merecían. — Murat las emprendió en gran escala; pero después de Murat vino otra vez la dinastía de Borbon, y con ella la indiferencia á una empresa tan interesante. — Baste decir, que el último Rey le destinaba solamente cinco mil duros anuales. — Asi es que, después de haber pasado más de un siglo desde la resurrección de Pompeya, sólo se ha descubierto hasta hoy la quinta parte de la ciudad, permaneciendo todavía el resto bajo su abrumadora mortaja.

Hé aquí lo que vamos á ver; pero, antes, no estará demás que recordemos asimismo las visitas que hemos hecho al Museo Borbónico de Nápoles, construido también por Carlos III con el exclusivo objeto de recoger y coleccionar todos los objetos curiosos ó de arte que se fuesen encontrando en Pompeya.

El Museo Borbónico es notabilísimo, áun para los que han visitado el del Vaticano y los de Florencia. Como edificio, llama la atención por su magnitud y buena distribución. Por su riqueza histórica y artística, no tiene igual en el mundo. — Y es que los objetos que encierra el Museo Borbónico interesan más intimamente que los guardados en los demás: aquí todo tiene el polvo del tiempo, la verdad de la vida, la realidad ó la actualidad del ser.

Imposible fuera enumerar los mosaicos, las pinturas murales, las estátuas de mármol y de bronce, las inscripciones, los bajo-relieves, los vasos, los papyrus, los muebles, las ropas, las alhajas, las monedas, las medallas, los instrumentos que guardan aquellos armarios. — Yo citaré al acaso los objetos que más han cautivado mi atención.

Empezaré por lo último: empezaré por el Museo Secreto, cerrado y sellado por Pio IX cuando visitó á Nápoles, y abierto hoy á los que tienen ciertas recomendaciones. — Allí se ve con horror y asco la explicacion