anterior... Y teniendo muchos amigos y algunos parientes, sentíase aislada en medio de perseguidores desconocidos.
Para descansar y, sobre todo, para escapar á sus crueles ideas, tomó una fuerte dosis de cloral y se echó sobre un sofá, rogando mentalmente á la Virgen que la permitiera dormir durante algunas horas.
Al cabo de breves instantes una inmensa pesadez —una modorra nunca sentida— apoderóse de sus miembros, sumiéndola en un estado casi letárgico que, sin suprimir en su ser el conocimiento y la sensación, la hacía ver la existencia pasada como á través de un velo fantasmagórico. Toda su niñez, toda su adolescencia, toda su juventud, los dolores y los goces muertos, la trama completa de su vida, en fin, desarrollábase, lenta y metódicamente ante ella, en teorías de imágenes pálidas y de pálidas visiones...
Su madre había muerto cuando ella era ún muy pequeñita, muy pequeñita,