Esta página ha sido corregida
XX
En la sala de billar del «Círculo de los Intransigentes», Plese, Rimal, Delmonte y Robert, hablaban de todo y de todos. Hablaban de un drama anarquista de Mirbeau; hablaban de una comedia heroica de Rostand; hablaban de los últimos libros de Zola y de los más impertinentes cancioneros de Montmartre.
— Mirbeau —decía Delmonte— tiene mucho talento; pero es un hombre desagradable, áspero, atrabiliario. En cuanto á Rostand, casi me parece un imbécil.
— ¡Un imbécil! —replicaba Rimnal—. No; no es un imbécil, pero tampoco es superior á Moliere y á Tirso como lo asegura