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DOLENCIA DE ISELIA.
SONETO.
Esa inquietnd que sin cesar te ajita,
Ese tormento que te oprime el pecho,
Y pone abrojos al mullido lecho
Y tu semblante virjinal marchita:
Esa lucha fatal que se concita
Del corazon en el recinto estrecho;
Y te arranca suspiros de despecho
En continua afliccion y amarga cuita:
Ese dulce mirar; tu afecto tierno,
Que revelan un alma candorosa
Que pugna por vencer un mal interno;
Esa delicia en fin que misteriosa
Con las penas se mezcla del infierno;
Esa es la llama del Amor, hermosa.