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costestó Talleyrand, porque usted nadaría sola. ¡Vea usted qué gracioso modo de lisonjear a las dos! ¡ Ay, amigo, qué encanto es la sociedad de gente fina! Yo he gozado mucho en ella, y así siento más mi soledad...
En los últimos párrafos de su carta, Misia Mariquita encuentra, en la facilidad de adap- tación a interlocutores o corresponsales que le era característica, el medio de halagar el liberalismo volteriano del eminente rector de la Universidad de Buenos Aires :
Esta carta ha sido mi misa. No he salido, por el tiempo, y he aprovechado el rato.
Después de lo cual dirige a su amigo un
cariñoso y a la par melancólico reproche :
No me olvide tanto, que no me queda mucho que vivir; todo el día pienso en esto.
El segundo billete, correlacionado con el anterior, lleva la fecha de 20 de junio de 1868