= $ —
mivo de la emigración, no tanto por co- rrer la suerte de su esposo — que se había alejado anteriormente del país y de la fami- lia, para continuar su carrera consular en el Ecuador y fallecer mucho después en Fran- cia, — cuanto por seguir el destino de su hijo Juan Thompson, afiliado al grupo juvenil del Salón literario, que se alzó en armas con- tra el Restaurador, afiliándose primero en la conspiración de Maza, alistándose después en la revolución del Sud, y formando, por último, en las cruzadas redentoras de Lava- le, Paz y los sitiados de la Nueva Troya.
VI
Con la partida forzada a Montevideo, don- de residió hasta la caída del tirano, salvo al- gunas rápidas visitas a Buenos Aires y una corta estada en Río de Janeiro, comienza el
5