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Página:Demostración de los regocijos públicos en Lima, con motivo de la derrota de los ingleses en el Río de la Plata.djvu/13

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de su regocijo en la Minerva Peruana, como lo reconocerá V. S.; no habiendo aun herho mas que un primer ensayo, ó solo dado principio à sus grandes y extraordinarias empresas. ¿Qué deberá pues esperar V. S. en la presente ocasion de la boca y pluma de este Cabildo, que vè una segunda reconquista, un formidable enemigo abatido y cubierto de ignominia, à Buenos Ayres y Montevideo libres del furor, del libertinage, y de la opresion de los orgullosos ingleses que la invadieron, que intentaron darles la ley, y la han recibido? Firme siem. pre el animo de V. S. en la defensa de la Religion, del Rey y de la patria, ha sabido proporcionar con destreza y acierto que el ilustre vecindario de Buenos Ayres haga ver al mundo, que es invencible, que es fidelisimo á toda prueba, y que no conoce sino los extremos del vencer y del morir. Baxo de la diestra mano de V. S. ha logrado hacer su asiento en el primero: y este es el caso en que considera el Cabildo de esta capital del Perù; (despues de haber hecho las demostraciones publicas de regocijo, y rendido las gracias al Señor de los exercitos, al Dios omnipotente, de quien todo bien desciende) que está obligado á dirigir á V. S. por sí, y por esta exce Jentisima muy noble, muy leal é insigne ciudad que represen ta, las expresiones de su reconocimiento, produciendo una tal qual señal de lo que en conseqüencia de él y del pubico quisiera executar en unas tan favorables y lisongeras circunstancias. Reciba pues V. S. ahora, y mientras que el tiempo vaya ofreciendo mejores proporciones, lo que en honor y gloria suya, en reconocimiento y gratitud de la capital del Perú comprehende la acta capitular que en testimonio se acompaña. Alli mismo encontrará V. S. para su mayor satisfaccion y complacencia la superior aprobacion que prontisimamente prestò el Exmo. Xefe que costea nuestros consuelos en la actual critica situacion del reyno. No estime V. S. el don, que es muy pequeño, sino la voluntad que es may grande; y venerando V. S. el exemplo del Todopoderoso, contentese con el humo del incienso que se le quema quando es puro, quando es limpio y muy sincero el corazon de quien hace la ofrenda. Un hijo de V. S. es el que pasa à serlo de este Cabildo, sin perder la nobleza de la san-