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Cuando el sol de la tarde se puso por el oeste, la niñita dijo que tenía que irse a casa porque su abuela estaría preocupada por ella. Los tres osos no la dejaron marchar sola, así que todos fueron juntos por un claro del bosque —formando un grupo feliz.
Ricitos de Oro iba sobre la ancha espalda de Papá Oso, mientras Mamá Osa y el Pequeño Osito caminaban felizmente a los lados. De esta manera, antes de la caída de la noche, salieron del bosque y derecho a la casa de Ricitos de Oro.
Seguro que la abuela iba a sorprenderse al ver