Página:Diario Comedianta Francesa Bajo Terror Bolchevista.djvu/115

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida

DIARIO DE UNA COMEDIANTA 117

ques se embriagan legalmente en gabinetes par- ticulares, y a veces el patrono nos dice flemáti- camente al oído:

—Esta noche no hay peligro; serviremos a ustedes lo que gusten... El comisario X... se halla aquí.

Los rostros se iluminan ante semejante decla- ración. Debo convenir, además, en que un ruso ebrio se vuelve instantáneamente patriota.

No he olvidado cierta noche en que estando en Bi-Ba-Bo, acompañada por un francés, algu- no de los concurrentes me reconoció. Inmedia- tamente que los presentes me identificaron, un soldado saltó a una mesa, y con la voz ya pas- tosa, quiso obligar a la concurrencia a que brin- dase en honor de Francia, lo que todos hicieron con la mayor amabilidad, pero de marfra tan ruidosa, que mi acompañante y yo hubiéramos querido desaparecer por un agujero.

Hoy Bi-Ba-Bo ya no tiene esa alegría turbu- lenta, y sigue siendo clandestina; pero todavía existe, y hay personas que asisten allí por la no- che, como otras muchas acuden también a los garitos.

Estos ofrecen otra distracción muy penosa. Algunos a quienes queda todavía un resto de dinero, y que tienen frenesí por el juego, buscan allí ese divertimiento, en medio de la horrible existencia que todos llevamos.