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dillo revolucionario del Perú don Nicolás de Piérola, el periodista boliviano don Julio Lúcas Jaymes y el espiritual diarista uruguayo Netto, fué objeto de las mas rudas persecuciones del gobierno del presidente Pardo. En esa época de ajitacion partidarista, Rioseco Vidaurre afiló su pluma en la polémica periodística, formándose un escritor de fácil estilo y de variada ilustración. En 1876 colaboró con magníficos artículos en El Porvenir del Callao. En Lima formó parte de la Sociedad Amantes del Saber en 1874; de la Sociedad Chilena de Beneficencia en 1876 y de la Sociedad de Socorros Mutuos Fraternal del Rimac en 1877. De esta última institución fué secretario. Al producirse el conflicto internacional que dio orijen a la guerra de Chile contra el Perú y Bolivia, Rioseco Vidaurre envió interesantes correspondencias desde Lima al antiguo y prestijioso diario La Patria de Valparaiso. Obligado en Abril de 1879 a salir del Perú, por el decreto de espulsion de todos los chilenos residentes en aquel pais, dictado por el Presidente Prado, se dirijió a Chile y se radicó en Santiago, colaborando en los diarios Los Tiempos y Las Novedades en 1880, con artículos de carácter internacional. En 1881 se le nombró empleado de la Aduana de Coronel. Desde aquel puerto, colaboró en La Revista del Sur de Concepción, y redactó el periódico La Esmeralda, en ese mismo año. Poco después se trasladó a la ciudad de Linares, a redactar el periódico El Aviso. Un año mas tarde, en 1882, se trasladó al Callao, a servir un cargo público en la ocupación chilena. Continuando en sus aficiones periodísticas, colaboró en los diarios El Dia y El Comercio. Breve tiempo después se estableció en Lima, donde ocupó el puesto de comisario de una de las secciones de policía de la ciudad. El proscrito arrojado por el gobierno peruano, volvia ahora vencedor, en representación de las autoridades y de las leyes de su patria. Desde Lima envió correspondencias a La Industria de Iquique y a El Sur de Concepción. En 1884 hizo la espedicion militar de Arequipa, a la que dedicó un estudio descriptivo con el título de Pájinas de la Campaña. Al regresar a Santiago, sirvió como corresponsal durante dos años (1884-1885) al diario La Libertad de Talca. Hizo en ese diario una labor hermosa y notoria, que le conquistó las mas distinguidas simpatías. Sucesivamente colaboró, desde esa época, en El Americano, de Santiago; El Censor, de San Felipe; El Puchacai, de la Florida; El Imparcial, La Razón y El Hijo del Pueblo de Santiago; La Época, de San Carlos; La Reforma, de la Serena y La Revista de Freirina, de Labrar, a contar desde 1884 a 1888. En este año fué nombrado oficial del Rejistro Civil de Cabildo, en La Ligua. Desde aquel apartado lugar ha escrito, con delicada cultura y noble perseverancia, en cuanto periódico y diario existe en el pais, con artículos de crítica, de historia y de literatura. Ha sostenido, en La Libertad Electoral, de Santiago, una polémica histórica para vindicar a su abuelo el coronel Vidaurre, por su participación en el movimiento armado de Quillota en 1837. La Prensa y La Palabra de Valparaiso y numerosos periódicos de toda la República, han insertado sus bellos artículos, ins-