Primera letra del alfabeto, no solo en nuestra lengua Castellana, sino en las demás que se conocen. En la Hebrea se llama Aleph, de quien la tomaron los Arabes llamándola Aliph, los Indios Alephu, los Pheníces Alioz, y los Griegos Alpha. Los Latínos dicen A sin otro aditamento, y del mismo modo se expressa en las lenguas Italiana, Francésa, Teutónica, Esclavóna, y de otras Naciones, que usan de caractéres para la expresión de esta letra. En el orden es la primera, porque es la que la naturaleza enseña al hombre desde el punto del nacer para denotar el llanto, que es la primera señal que da de haber nacido; y aunque también la pronuncia la hembra, no es con la claridád que el varón, y su sonido (como lo acredita la experiencia) tira mas a la E, que á la A, en que parece da a a entender, que entran en el mundo como lamentándose de sus primeros Padres Adán y Eva. Permanece tan propia en el sujeto, que aunque nazca mudo siempre la pronuncia, y con sola su aspiración ayudandose del tono, del semblante, del movimiento de las manos, pies, ojos, y otras acciones corporales, da a entender y manifiesta muchas veces lo que no alcanza con muchas palabras el más avisado y entendido: de que se infiere, que la letra A es la más simple y fácil de las vocales, llamadas así, porque solas y sin ayuda de otra letra hacen sonido perfecto. El que resulta de la pronunciación de la A viene formando desde la arteria, y suavizado conforme va saliendo del paladar se despide por la boca con sólo abrirla con mas blandura, y más remiso que al principio.
En nuestra lengua tiene varios usos, y aunque entre ellos se haya numerado, así se halle frecuentemente practicado por varios Autóres, el que denote la tercéra persona del singular en el tiempo presente del verbo Haber, así en el significado de tener, como en el de ser auxiliar de otros muchos verbos, diciendo aquel a; trayendo el verbo Haber su origen del Latino Habére, no hay motivo para semejante uso, porque en todos tiempos se debe escribir con H, diciendo Yo voy, tu vas, aquel va.
Por la misma razon también es equivocación, o error decir que la A significa trato de tiempo, como en este ejemplo, A un año que vine a la Corte, respecto de que en esta y semejantes locuciónes no es sola, sino há sincopado, tiempo presente del verbo Hacer, y vale lo mismo que hace un año que vine.
Sirve, pues, la A de preposición, que señala el caso dativo, como A Dios se ha de dar adoración, y tambien al acusativo, como Yo amo a Dios. Asimismo se usa como preposición, que señala la parte, o lugar adonde uno va, como Voi a roma, a tal sitio, o parage: y también precede como tal al infinitivo regido de otro verbo antecedente, como Vamos a pasear, a comer, a estudiar.
Precede a muchos adverbios, y modos adverbiales, para especificar el modo con que se ejecuta alguna acción, como A sabiendas, a trueco, a fazón, a brazo partido, a vista de ojos, a pecho descubierto, y así de otros varios modos de hablar del que abunda nuestra lengua. Sirve también para denotar el tiempo en que se hace alguna cosa, o en que sucedió algun hecho, como A las doce del día, a deshora, a la tarde, a la noche.
Algunas veces se toma como intersección, con lac excitamos, y procuramos la atención de alguna persona, para llamarla, o hablarle: como A Padre mío, a señor Fulano, y aunque en estos casos según su orígen Latino beus debiera ser aspirada con H, el uso comun ha prevalecido en lo contrario.
Es partícula de composición en muchos verbos, no solo en los que se forman de nombres subtantivos, fino en los que salen de otras varias palabras: pues del mismo modo que de boca, brasa, carro, coto, deuda, ferro, garra, lanza, palo, sierra, tierra, se forman abocar, abrasar, acarrear, acotar, adeudar, aferrar, agarrar, alancear, apalear, aserrar, y aterrar, tambien de blando, breve, bueno, delante, claro, largo, manso, se forman