resolviendo que Don Manuel de Villegas, y don Fernando de Bustillo (cuyas taréas havían merecido siempre la aprobación de la Académia) se encargassen de todos estos materiáles, y los reduxessen à un méthodo iguál: y que este trabájo passasse luego à Don Adrian Connink, y Don Lorenzo Folch de Cardóna, que con título de revissores le examinassen, por evitar el peligro, que suele suceder, de que la equivocación tome visos de verdád. Y para que la execución fuesse mas breve, se les ordenó descuidassen de las correspondéncias Latinas, que se encargaron à la aplicación, erudición, y buenas letras del Padre Maestro Frai Juan Interián de Ayála. Determinóse tambien, que la Académia se juntasse dos tardes cada semána, para resolver en ella todas las dudas que entre los quatro referidos podían ofrecerse: lo que se executó por el tiempo que fué preciso, para dár materiál à la prensa.
27 Para proceder con fundamento, se nombró por Thesorero à Don Vincencio Squarzafigo, y tambien se le encargó el cuidado de la imprenta, y provisión del papél: quedando al mismo tiempo nombrados Contadores Don Manuel de Villegas, y Don Juan Isidro Faxardo, para que llevassen la cuenta y razon de los gastos que se ofreciessen. Y deseando trabajar à muchas manos, se nombraron sugétos que formassen los discursos proemiales, que se havía acordado poner por erudición al princípio del Diccionario, quedando elegidos Don Lorenzo Folch de Cardóna para escribir la Dedicatória. El Padre Joseph Cafáni, de la Compañía de Jesus, para formar la História de la Académia. El Doctor Don Juan de Ferreras para la de la léngua Castellana. El Padre Joseph Cafáni para formar un discurso, y reglas de hallar las etymologías. Don Adrian Connink para formar un discurso, y reglas de Orthographía. Y Don Juan Isidro Faxardo para formar el Prólogo. A estos encargos satisfacieron todos con aprobación de la Académia, como tambien los compositores, y revissores de las quatro priméras letras, que empezaron luego à trabajar lo que estaba à su cargo, sin embargo de las dificultades que se les ofrecieron: pues al revolver los papéles se reconoció, que las combinaciones entregadas, que se creían acabadas, estaban en la realidád tan imperfectas, que no havían llegado à la mitád del estado en que debían ponerse: lo que hacía argüir con una morál certidumbre, que aun añadidas y trabajadas de forma, que parecía quedar perfectas, se debía temer estuviessen mui defectuosas: porque es naturál, que assi como al princípio pareció estar lleno el assunto, y con el tiempo, y estúdio se ha conocido diminúto: assi tambien, aunque ahóra parezca abundante, se puede recelar salga este tomo falto de muchas voces, que no han ocurrido, y se pueden ofrecer con el tiempo, assi à los Académicos, como à los que con algun cuidado leyeren el Diccionario por diversión, curiosidád, ù otros vários fines.
28 No embarazó este incoveniente à proseguir lo empezado, por-