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Página:Dictamen AVL castellà.djvu/7

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para superar las discrepancias de percepción lingüística existentes en la sociedad valenciana.

La promulgación de la Ley de Uso y Enseñanza del Valenciano (4/1983, de 23 de noviembre, de la Generalitat Valenciana) representó un hecho histórico de primer orden en el proceso de recuperación del valenciano. Por primera vez se fijaban las bases legales necesarias para superar la relación de desigualdad existente entre las dos lenguas oficiales de la Comunidad Valenciana, mediante la articulación de las medidas legales pertinentes para impulsar la incorporación del valenciano al sistema educativo y fomentar su uso. Asimismo, el preámbulo de la Ley establecía que la «lengua valenciana es parte sustancial del patrimonio cultural de toda nuestra sociedad» y que «la recuperación y la extensión de su uso, como uno de los factores de reencuentro de nuestra identidad como pueblo, nos corresponde también a todos los valencianos». Sin embargo, a pesar de esos aciertos incuestionables, la Ley no definió tampoco la entidad de la lengua ni estableció el órgano normativo correspondiente.

La Ley de Creación de la AVL (7/1998, de 16 de septiembre, de la Generalitat Valenciana) ha supuesto un hito importante en el proceso de armonización de las diferentes posiciones, partiendo de la base de que todas contienen elementos positivos para nuestra lengua. En relación con la cuestión onomástica, reconoce que la denominación de valenciano es la más adecuada para referirse al idioma propio de los valencianos y, al mismo tiempo, proclama que este idioma «forma parte del sistema lingüístico que los correspondientes estatutos de autonomía de los territorios hispánicos de la antigua Corona de Aragón reconocen como lengua propia» (Preámbulo). Por otra parte, en relación con el modelo lingüístico, dicha Ley garantiza que los valencianos, a través de la AVL, sean responsables de la normativización de su idioma en la Comunidad Valenciana.

Sin embargo, en la práctica, el problema de fondo no se ha resuelto, tal como evidencia la recurrencia con la que el tema de la entidad y del nombre del valenciano ha sido motivo de controversia en los últimos años.

En consecuencia, la AVL, consciente de la necesidad de resolver estas y otras ambigüedades, que sólo provocan polémicas contraproducentes para el uso