«Siguiendo a los ágiles y no esperando a los perezosos.» A un grande hablador, que después de haberlo mortificado con dicterios le preguntó si lo había molestado mucho, le respondió: «Por Dios que no te estuve atento.» Objetándole que había dado limosna a un hombre malo (pues también se refiere así), respondió: «No le he dado al hombre, sino a la humanidad.» Preguntado cómo debemos portarnos con los amigos, respondió: «Como deseamos se porten ellos con nosotros.» Llamaba a la justicia «virtud del alma que distribuye las cosas según el mérito de cada uno»; y al saber «excelente viático para la vejez». Dice Favorino en el libro segundo de sus Comentarios que solía decir muchas veces: «¡Oh amigos!, no hay ningún amigo.» Lo cual se halla también en el libro séptimo de los Morales. Éstas son, en suma, las sentencias que se le atribuyen.
11. Escribió muchos libros; y juzgo preciso traerlos aquí para que se vea el talento de este hombre en todo género de ciencias: De la Justicia escribió cuatro libros; De los Poetas tres; De la Filosofía tres; De la Política dos; De la Retórica uno titulado Grilo; otro titulado Nerinto; otro El sofista; otro Menexemo; otro Erótico; otro El convite; otro La riqueza; otro Exhortatorio; otro Del alma; otro Del ruego; otro De la nobleza; otro Del deleite; otro titulado Alejandro o De las colonias; otro Del reinar; otro De la enseñanza; tres De lo bueno; tres De las leyes de Platón; dos De la República