Página:Discurso sobre el origen y los fundamentos.djvu/172

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incomparable para nadar. Su modo de nadar tiene una cosa admirable, y que les es totalmente propia; ellos nadan con el cuerpo derecho y las manos estendidas fuera del agua, de manera que parece que andan sobre la tierra. En las mayores agítaciones del mar, y cuando las olas orman tantas como montañas, entonces bailan en algun modo sobre la superficie de las olas, subiendo y bajando como un pedazo de corcho.

Los Hotentotes, dice aun el mismo autor, son de una rara destreza para la caza, y la a ligereza de su carrera sobrepuja á la imaginacion. Se maravilla que no hagan con mas frecuencia mal uso de su agilidad, lo que les sucede algunas veces, como se puede juzgar, por el ejemplo que se da sobre ello. Un marinero Holandes al saltar en tierra en el cabo tomó un Hotentote para que le llevase un rollo de tabaco de veinte libras, y le condujese á la ciudad. Luego que se hallaron los dos á una distancia regular de la tropa, el Hotentote preguntó al marinero si sabia correr. Correr! respondió el Holandes, sí, perfectamente. Veámoslo, replicó el Africano, y huyendo con el tabaco, desapareció, casi al momento. El marinero confundido de tan maravillosa velocidad, no pensó en perseguirle, y no volvió á ver jamas su tabaco, ni su conductor.

Ellos tienen la vista tan rápida y perspicaz, y la mano tan certera, que los europeos no pueden comparárseles de modo alguno. A cien pasos tiraran una pedrada á un blanco del tamaño