a otros, no eran propensos, ni se hallaban espuestos a contiendas muy peligrosas: como no tenian entre ellos ninguna especia de comercio, no conocian por consecuencia ni la vanidad, ni la atencion, ni el aprecio, ni el menosprecio, y no tenian la mas pequeña nocion de lo tuyo y de lo mio, ni ninguna idea verdadera de la justicia: como que miraban las violencias que podian sufrir, como un mal fácil de remediar, y no como una injuria que era necesaria castigar; y como que no pensaban jamas ni aun en la venganza, si no era, puede ser, maquinalmente y en el acto, así como el perro que muerde la piedra que le tiran; por esta razon sus disputas hubieran rara vez sido sangrientas, siempre que no hubiesen tenido un motivo mas poderoso y sensible que el del paso: mas yo veo uno mucho mas peligros, del cual me quedaba que hablar.
Entre las pasiones que agitan el corazon del hombre, hay una de ellas que es ardiente e impetuosa, la cual hace que un sexo sea necesario al otro: pasion terrible que arrostra todos los peligros, abate y destruye todos los ostáculos, y que parece, en sus furores, propia