Página:Discursos a la Comissió Catalana (1885).djvu/11

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vida propia; así también el Rey, para realizar los altos destinos a los que la Providencia sin duda lo tiene llamado, hallará en estas fuerzas sólidas y permanentes de cada provincia un apoyo más fuerte y más seguro que el que puedan ofrecerle los partidos políticos, inconstantes como el viento, movedizos como las olas, y como ellas también de corta y efímera existencia.

Y ahora, señores, brindo por S. M. el Rey D. Alfonso, estimándole y agradeciéndole, como hijo de Cataluña, la consoladora promesa de ampararla y protejerla:

Brindo por nuestra amada Cataluña deseándole un porvenir glorioso; y

Brindo por la fraternidad y prosperidad de todas las provincias españolas.


Discurso de D. Valentín Almirall.

Señores y queridos compatricios: A vuestra clara inteligencia no se ocultará, que una manifestación como la que estamos llevando á cabo, que empezó reducida y ha ido creciendo de tal manera, que gracias á varias circunstancias afortunadas puede llegar á ser un mojón en nuestra historia, ponía á la comisión organizadora en el deber de regular la espansión que suele reinar al final de todo banquete, á fin de que no resulte más de lo que debe resultar y la cosa acabe tan felizmente como ha empezado.

Hoy, señores, nos hallamos dentro de este salón, pero probablemente nuestras palabras no quedarán contenidas en el reducido espacio de sus paredes. Lo que aquí se diga re-