Página:Discursos a la Comissió Catalana (1885).djvu/25

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primera vista parezca una nimiedad, que no lo es por quien piensa seriamente, voy á deciros algo de lo que pasó. Como todos sabéis, formaban parte de la Comisión el Rdo. D. Jacinto Verdaguer, que es sin duda una de los primeros poetas de Europa, algunos otros poetas también de primer orden y otros literatos á quienes sus méritos abrieron las puertas de varias Academias. ¿Cuál fué la acogida que se les dispensó? Se redujo todo á dos ó tres visitas, tal vez ni tantas, de otros tantos literatos de Madrid. Pues bien: muchos son los literatos del centro de la nación que he visto llegar á Barcelona, y por cierto no todos ellos de mérito tan generalmente reconocido como los que formaban parte de la Comisión catalana: desde Núñez de Arce y Zorrilla á Echegaray he visto venir á esta ciudad un sin número de escritores de Madrid; todos han sido aqui recibidos con cariño y entusiasmo por los poetas y literatos catalanes; á todos se les han prodigado obsequios que demostraban que aquí sabía apreciarse su talento; á todos se les ha demostrado que los catalanes amaban y consideraban como hermanos á los literatos de Castilla. Hechos son estos que nadie puede desmentir. Pues bien; la conducta de los literatos catalanes para con los de Madrid no fué correspondida.

Y es esto tanto más triste, cuando todo el mundo recuerda el caluroso y entusiasta recibimiento que los literatos parisienses dispensaron á Mistral cuando, un año atrás, el gran poeta de Provenza visitó la capital de Francia. ¡Ah, señores, qué diferencia tan vergonzosa para Madrid y sus literatos!

De cómo nos recibieron los partidos políticos, ni hablaros debiera. Fuímos allá á combatirlos; no es, pues, extraño que como á enemigos nos recibiesen. Queriendo, como