Página:Divertidas aventuras del nieto de Juan Moreira (1911).djvu/368

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
— 360 —

—¡Un momento, un momento!—replicó.—¿Cuánto daría usted por anularlo?

—¡Diez, veínte, cincuenta mil pesos!—exclamé.—¡Es un punto de partida tan hermoso!...

—No se necesita tanto.

—¿Cómo así?

—Radnitz tiene, desde hace mucho, letras protestadas de Vázquez, por un valor de veinte ó veinticinco mil pesos, que no ejecuta, confiando en su porvenir inmediato. En cuanto vea un negocio lo hace saltar.

—¿Qué hombre es ese Radnitz?

—Tiene un banquito y hace comercio de obras de arte. En el banquito presta liberalmente al uno por ciento mensual, que resulta el cinco ó el diez, porque hay que comprar acciones...

—Estás muy enterado.

—Te diré. Cuando vine á Buenos Aires todavía tenía relaciones y cierto aspecto. Necesitando dinero, me presentaron á Radnitz que me prestó quinientos pesos, obligándome á tomar dos acciones de cien pesos de su banco, y á firmar una letra de setecientos.

—¿Sin garantía?

—¡¡Casi!! Al mismo tiempo, como fianza, me constituí depositario de mis propios muebles, valuados en setecientos pesos.

—¿Los tenías?

—No. Era para renovar la cárcel por deudas.

Si no pagaba los setecientos pesos, yo resultaría «depositario infiel» é iría á la cárcel por abuso de confianza...

—¿De modo que se puede contar con él?

—En absoluto. Dame cinco mil pesos y arreglo el negocio.

—No. ¡Eso me parece bajo!—exclamé.

Pero aquella misma tarde encontré á Radnitz en una de sus exposiciones de pinturas y