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Lux.
El sol rojizo y lento descendía,
Cual viajero que vuelve á su morada;
Por el espacio el ave fatigada
Buscando el nido al lejos se perdía:
La brisa del collado ya traía
La voz del esquilón á la majada,
Y la gente, en silencio y encorvada,
En sombras á su hogar por fin volvía.
Del día que pasó todo era un eco,
Al que, antes de perderse, por cariño
Respondía la voz del campanario:
Solo por el camino, árido y seco,
Sin luz, norte, ni hogar, un pobre niño
Dejaba el pueblo, errante y solitario.