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MEMORIAS DE LA REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA

los religiosos misioneros franciscanos, por D. Francisco Nieto de Silva, Gobernador del Nuevo Méjico. Ms.

Diario de la entrada en el Nuevo Méjico, dirigido á los prelados de su orden, por Fr. Pedro Salmerón, religioso Franciscano. Ms.


Carta del P . Fr. Silvestre Vélez Escalante al P. Fr. Juan Agustín Morfi, tratando de los remos de Quivira y Teguayo.


«Antes de concluir esta carta, quiero indicar siquiera lo que siento sobre Tehuayoy sobre la gran Quivira, cuja imaginada grandeza ha dado mucho que pensar desde principio del siglo pasado hasta el presente. El Tehuayo, según el diario de Oñate y otras relaciones antiguas, debe considerarse cuando más 200 leguas al NO; de Santa Fé, y no es otra cosa qae la tierra por donde transmigraron los Tihuas, Tehuas y otros indios á este reino; lo que claramente manifiestan las ruinas de pueblos que yo he visto en ella, cuya forma era la misma que la que dieron á los que después edificaron en el Nuevo Méjico, y los fracmentos de loza de barro, que también vi en las dichas ruinas, muy semejante á la que hoy hacen los Tehuas referidos. A que se agrega la constante tradición de éstos, que afirma lo mismo, y haber yo andado más de 300 leguas de Santa Fé por el rumbo dicho hasta los 45°-19' de lat. y no haber hallado noticia alguna entre los indios que hoy ocupan este terreno, de otros que vivan en casas.

»La gran Quivira, según la parte en que siempre la han considerado, y según lo que yo he podido hasta ahora sacar, combinando todas las relaciones que de ella he visto y oido, no es otra que los pueblos de indios Pananas, ni tienen más grandeza que vivir juntos en pueblo con la misma política, poco más ó menos, con que hoy viven los Moquinos. Dos cosas principalmente confirman mi conjetura: la primera, que los primeros pueblos que se hallan en más de 300 leguas al NE. de Santa Fé, son los dichos; de los cuales, con el nombre de Pananas, no se tuvo noticia en este reino hasta el año 19 de este siglo en que la dio un francés que por allí vino de Nuevo Méjico, por cuyo motivo envió el Gobernador que entonces era de aquí, un cuerpo de gente comandada por un tal Villazur, el que habiendo llegado al río en cuya opuesta orilla están los dichos pueblos, fué sentido de los Pananas, pasaron éstos de noche con gran número de fusiles, y al aclarar el día siguiente, dieron sobre el real de los nuestros tal descarga, que perecieron los más y entre ellos el P. Fr. Juan Minguez, misionero de esta custodia, el Comandante y el francés que fué