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DON DIEGO DE PEÑALOSA

Christianísimo pretende poblar por noticia que D. Diego de Peñalosa, ha dado de su mucha riqueza y fertilidad, en que no ha faltado á la verdad, por tener conocimiento de todo el Nuevo México, y haber andado todo el reino hasta las provincias de Suny y Moqui, demarcando todos los lugares del reino cuando fué gobernador de aquellas provincias, el cual tiene individuales noticias del poderoso reino del Teguaio por haberse informado de un indio christiano de la nación Emes, que estuvo captivo en dicho reino, y también las tiene del reino de la gran Quivira, y del reino de los Texas, y también del Serró del Asul, cuyos metales están ensayados y vistos ser muy ricos en oro y plata; y dicho Peñalosa quiso hacer jornada á dicho Serró del Asul, teniendo ya prevenidos muchos peltrechos, y por las guerras de los Apaches y otros accidentes, no lo ejecutó. Y de poner por ejecución dicho Peñalosa su intento, se pueden temer muchas ruinas en esta Nueva España, por ser aquellas tierras las más fértiles y abundantes de este Nuevo Mundo, y que prometen muchísima riqueza por la abundancia de sus minerales; y fuera de esto, por aquellas partes está el Real del Parral, 300 leguas del mar del Levante por donde pretende entrar dicho Peñalosa, cuyos rumbos reconocí el año de 84 en la jornada que hice á las tierras del Norte y Oriente, de que hice un itinerario muy copioso, entrando sólo con veinte hombres á todas esas naciones y peleando con el enemigo Apache, y haciendo huir de sus rancherías á las naciones Salineros, Tobosos, Acodames y Gabilanes, que perjudican á la Nueva Vizcaya; y hallándome, Señor, con el conocimiento y experiencias de aquellos países, por haber hecho dos jornadas á dichas tierras del Oriente, me es preciso representar á V. Exa. como leal vasallo de S. M., y como quien le ha servido en aquel reino cuarenta y dos años á su costa, y mención consta de los papeles que presenté á V. E., y en ellos el haber hecho dichas jornadas á esas tierras, el prevenir el daño que amenaza por aquellas partes. Y en la ocasión, Excmo. Señor, me obligo así nuevamente á dicha jornada, y reconocer y descubrir el mar del Norte, y traer individual noticia de los habitadores de esas tierras, y reconocer las conveniencias ó inconvenientes que pueden tener las poblasones por aquella parte, y juntamente reconocer la riqueza de la gran Quivira y del reino de los Texas, llegando el año de 84 á pisar los umbrales de éste, pues no dista 24 leguas de sus poblasones, estando 60 y 70 leguas de la gran Quivira pisando la tierra de la nación Aijados, y juntamente me obligo de hacer unmapa de toda esatierra y costa, según y como ella es, y remitirla á esta Real Audiencia para que S. M. tenga la noticia cierta, clara y distinta que pide, y pueda después aplicar los me-