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MEMORIAS DE LA REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA

con muchas mayores fuerzas, cada batallón viniendo acompañado con dos escuadrones de caballería á sus alas; y los de la manguardia que ha- bían estado rompidos, tomaron ánimo y rehicieron sus escuadrones tras de los de la batalla y juntamente doblaron la carga.

»La caballería de S. M., viéndose cargada de infantería y caballería francesa, y echando de ver que la infantería de S. M. no se adelantaba, algunos escuadrones tomaron el espanto y empezaron á desordenarse.

»Y luego los enemigos, viendo que la caballería de S. M. estaba desabrigada de infantería, cerraron con su caballería é infantería mez- clada, con tal fuerza, que después de muchos choques, donde así el ge- neral de la caballería como los tenientes ge^ierales y los capitanes se portaron valerosisimamente, hicieron abertura en la caballería de S. M. y pasaron hasta la infantería, la qual hallando sin caballería, invistieron con los cinco batallones de españoles que estaban á la manguardia, ce- rrando con cada batallón español con escuadrón de caballería y batallón de infantería, los quales batallones españoles resistieron con tan gran valor, y el ataque y la defensa fué tan sangrienta, que de los enemigos quedaron muchísimos muertos, tanto cabos como soldados, y de los de S. M. quedaron muertos el maestro de campo general, conde de la Fon- tana, y los maestres de campo conde de Villalba y D. Antonio de Ve- landia, con muchos capitanes y mucha gente particular, quedando los dichos batallones españoles firmes como una muralla, sin que los pudie- ran romper ó descomponer un paso »

Refiere luego Vincart cómo Meló fué á ocupar el puesto de Fontana, y cómo con la presencia de dicho capitán general y los esfuerzos del ge- neral de la caballería y de los tenientes generales, muchos escuadrones de la caballería de S. M. tomaron nuevo ánimo y volvieron á hacer cara al enemigo. Mas nuevamente repitió con furor el enemigo sus cargas contra la infantería española primero, y contra la alemana y valona después.

«El señor marqués, viendo este mal suceso ú la infantería valona y alemana, volvió á la caballería, donde hallando el duque de Albur- querqite y sus tenientes generales procurando juntar los escuadrones y amonestando los capitanes y soldados desordenados á hacer grueso, mandó avanzar unas tropas de reserva que no estaban aún desechas; pero vinieron tantos escuadrones y batallones de caballería y infantería francesa investirlos, que rompieron otra vez todos los escuadrones de la caballería de S. M

vRetiráudose en este estado los dichos gruesos toparon al duque

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