¿Y tambien señor de Cáudor? ¿No lo dijeron así?
¿Quién llega?
Macbeth, el Rey ha oido tus hazañas. Incierto entre la admiracion y el aplauso, no sabe cómo elogiarte, por el valor con que has lidiado contra los noruegos, sin percatarte tú mismo del estrago que en ellos hacias. Van llegando tan densos como el granizo los mensajeros de la victoria, y todos se hacen lenguas de tu heroismo.
El Rey nos envía á darte las gracias y á llevarte á su presencia.
Él me encarga que te salude con el título de señor de Cáudor.
¡Conque tambien el diablo dice verdad!
Si vive el de Cáudor ¿por qué me atavian con ropas ajenas?
Vive el que llevaba ese título, pero debe perder la vida, y se ha fulminado contra él dura sentencia. No afirmo que se uniera con los noruegos contra su patria, pero está convicto y confeso de traidor.
(Aparte.) ¡Ya soy señor de Glámis, y señor de Cáu-