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ACTO I.
ESCENA PRIMERA.
Una plaza de Verona.
SANSON y GREGORIO, con espadas y broqueles.
SANSON.
fe mia, Gregorio, que no hay por qué bajar la cabeza.
GREGORIO.
Eso seria convertirnos en bestias de carga.
SANSON.
Queria decirte que, si nos hostigan, debemos responder.
GREGORIO.
Sí: soltar la albarda.
SANSON.
Yo, si me pican, fácilmente salto.
GREGORIO.
Pero no es fácil picarte para que saltes.