¡Y Páris cubierto de sangre!... La doncella se mueve.
Padre, ¿dónde está mi esposo? Ya recuerdo dónde debia yo estar y allí estoy. Pero ¿dónde está Romeo, padre mió?
Oigo ruido. Deja tú pronto ese foco de infeccion, ese lecho de fingida muerte. La suprema voluntad de Dios ha venido á desbaratar mis planes. Sígueme. Tu esposo yace muerto á tu lado, y Páris muerto también. Sígueme á un devoto convento y nada más me digas, porque la gente se acerca. Sígueme, Julieta, que no podemos detenernos aquí.
Yo aquí me quedaré. ¡Esposo mio! Mas ¿qué veo? Una copa tiene en las manos. Con veneno ha apresurado su muerte. ¡Cruel! no me dejó ni una gota que beber. Pero besaré tus labios que quizá contienen algún resabio del veneno. Él me matará y me salvará. (Le besa.) Aún siento el calor de sus labios.
¿Dónde está? Guiadme.
Siento pasos. Necesario es abreviar. (Coge el puñal de Romeo.) Dulce hierro, descansa en mi corazon, mientras yo muero!
Aquí es donde brillaba la luz.