Pierde el temor, amigo mio. Te prestaré toda la ayuda y favor que pueda.
Señora, os suplico que lo hagais, porque mi marido lo toma como asunto propio.
Es muy honrado. Espero veros pronto amigos á Otelo y á tí, buen Casio.
Generosa señora, sucédame lo que quiera, Miguel Casio será siempre esclavo vuestro.
En mucho aprecio tu amistad. Sé que hace tiempo la tienes con mi marido, y que sólo se alejará de tí el breve tiempo que la prudencia lo exija.
Pero esa prudencia puede durar tanto, ó acrecentarse con tan perverso alimento, ó atender á tan falsas apariencias, que estando ausente yo, y sucediéndome otro en el destino, olvide el general mis servicios.
No tengas ese recelo. A Emilia pongo por testigo de que no he de desistir hasta que te restituyan el em