Página:Dramas de Guillermo Shakespeare.djvu/444

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido validada
416
OTELO.
DESDÉMONA.

Grande es tu impaciencia.

OTELO.

¡Aparta! (Se va.)

EMILIA.

¿Estará celoso?

DESDÉMONA.

Es la primera vez que le veo así. Sin duda aquel pañuelo está encantado. ¡Cuánto siento haberlo perdido!

EMILIA.

No bastan un año ni dos, para conocer el carácter de un hombre. Son abismos que á nosotras nos devoran, y cuando se hartan, nos arrojan de sí. Aquí vienen mi marido y Casio. (Salen Casio y Yago.)

YAGO.

Ya no queda otro recurso. Ella es quien ha de hacerlo. Allí está. ¡Oh fortuna! Id á rogárselo.

DESDÉMONA.

¿Qué noticias traes, Casio?

CASIO.

Nada, sino mi antigua pretension, señora. Deseo, merced á vuestra generosa intercesion, volver á la luz, á la vida, á la amistad del hombre á quien tanto respeto y agradecimiento debo. Sólo os suplico que intercedais con mucha eficacia, y si mi culpa es tan grande que ni mis servicios pasados, ni mi infortunio presente, ni mis méritos futuros bastan á que sea perdonada, sépalo yo de cierto, y alegrándome, con forzada alegría, de saberlo, pediré limosna á la fortuna por otro camino.