248 STELLA
Miró una última vez. El grupo emergía de la verde alfombra, destacándose ella en el centro, con su vestido de muselina y su co- rona de multiflor,
«Una familia de ninfas que hace su ronda 4 la luz de la luna» se dijo en un gran enter- necimieato que lo consolaba. .... ¿De qué?
Llegó á su estancia, bajó ála entrada de su parque y penetró en él. Lo que antes lo había encantado, lo entrísteció: su soledad y su silencio. Lo que antes lo enorgullecía, su Simetría y su cuidado, le pareció banal.
Sorprendióse tarareando «Sur le pont D'avignon»—+«L'on y danse, Pon y danse...»
«Cómo me apego á los chicos», pensó. y rió con una risa que se burlaba de sí mismo.
Ya al pie de la escalinata, di que cruzaba y lo silbó.
—Mira, mañana elige un buen petizo, y selo das al jorobadito Juan. Pero que sea bueno; es decir, joven, manso y no mañero, ¿me entiendes? Cuidado, que yo le he de ver
Y entró en su casa, silenciosa y sola como su parque.
un peón