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Máximo Quiróz á los cuarenta y un años, con mucho talento, una gran fortuna, y todas las condiciones de hombre superior y dirigen- te, uo era más que el hombre rico y simpático, querido de sus amigos.
Venido después de tres hijas mujeres—Mi- caelayCarmen y Dolores—fué recibido, en la casa, como príncipe heredero en una corte sia delón.
La madre, mucho más joven y mucho más rica que su marido, sentía por éste una pasión admirativa de la que participaban sus tres hermanos y sus dos hermanas, muy ricos tam- bién, y para quienes su cuñado poseía una infalibilidad papal.
Conociendo á don Ezequiel Quirós, se com- prendía que ejerciera un ascendiente domina- dor irresistible, sobre todos los que lo rodea- ban. Moreno, bigotes levantados, dejando á descubierto la hoza sensual con dientes de lobo; cabellos tupidos cortados en cepillo, y
