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menos los "jefes". En seguida, San Miguel vende la cadena al Demonio, entablandose entre ellos el siguiente diálogo: "¿Me compras esta cadena? -¿Cuánto quieres por ella? -Cinco pesos. -¿Es fuerte? -Tira para ver si se corta". Colocados los protagonistas en los extremos de la cadena, tiran a toda fuerza para ver si es resistente; al fin cede un eslabón y la parte cortada se la lleva el Demonio. Los dos fragmentos se colocan detrás de sus respectivos jefes, tomándose los niños de la cintura y los jefes de las manos y luchan para saber qué partido es más vigoroso. El juego termina cuando uno de los bandos afloja.