pañotes, así como la vestimenta completa del casco, son confeccionadas en múltiples sitios urbanos y rurales, diseminadas en el centro y sur de nuestro territorio, y su valoración depende de los tradicionales conceptos del hombre de oficio ecuestre, quien la ha llevado a todos los confines nacionales.
Junto a los atributos de firme y sobria construcción, la montura chilena evidencia su calidad por medio de los dibujos ornamentales que aparecen, a menudo, en la cara exterior de sus fronteras, en el choco, y en el forro de la copa o del fuste posterior, según la clase a que pertenezca, obtenidos con bordado de tientes - finos y angostos corriencillos - y cuyos motivos más comunes son fitomórficas y geométricos varios.
La escuela artesanal y la funcionalidad de la montura, invitan a la aplicación de los caracteres de esta especie folklórica en el campo de la Pedagogía y del turismo, además del interés que significa para la Sociología la interpretación de un bien cultural de tan profunda y diversificada ingerencia en la vida del hombre campesino.
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