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del oráculo".
Sin duda, al inculparse a un calcu de actos de brujería, se procedía de una manera semejante. A confesión de parte, la prueba no era necesaria, como en el caso precedente, pero si el inculpado negaba el hecho, se le sometía a un procedimiento regular, y sólo en virtud del mismo, la asamblea pronunciaba el veredicto.