en los tiempos en que ésta estuvo bajo la invasión morisca, de ellas la aprendieron las mujeres españolas, de las cuales vinieron muchas a Chile con los conquistadores, haciéndose varias de ellas religiosas clarisas. Estos datos... no tienen más autoridad que la de la tradición oral".
Debe observarse que las monjas eran ilustradas desde los primeros tiempos de la conquista, pues se exigía el conocimiento del latín para ingresar. Por ese mismo motivo se dedicaban a educar a las jóvenes de familias pudientes. Muchas dominaban el canto y la música; otras eran expertas en trabajos manuales; y algunas en el arte culinario.
Diego de Rosales informa en su historia de Chile, escrita por el año 1684, que entre las exportaciones de Chile al Perú figuraban muchas frutas y "otras curiosidades de dulces que hacen las monjas", que estaban confeccionadas de alcorza (una pasta muy blanda de azúcar y almidón, imitando las frutas y otros modelos en forma tan exacta, que