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Página:ECH 2985 14 - Leyendas y tradiciones.djvu/2

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en esas soledades y allí perpetuar su estirpe. Durante oles años se sucedieron las expediciones libertadoras enviadas en busca de los exilados y una a una las desamparadas regiones cordilleranas fueron reconocidas por seglares y religiosos. El mito de los Césares pasó, así, a superar en nombradía aquel de las Siete Ciudades de Cibola y otras invenciones similares y forjadas en nuestro Continente, reclamando para Chile une leyenda nacional y adquiriendo por su osado concepto de grandeza una dimensión universal.

De la trayectoria de la cultura de Occidente han tomado asimismo carta de naturaleza en Chile, y posiblemente con mayor insistencia que en otras naciones del Mundo de Colón, la celebrada y prolífera conseja de la Cueva de Salamanca y la serie de hechos y refranes que exaltan el tipo legendario de Pedro Urdemales.

Los rutilantes privilegios del espíritu se mantienen