más acendrada iniciativa casero son las series de mantas y ponchos, calificadas como las prendas más indispensables en esas latitudes lluviosas. No prefieren el telar oblicuo de los mapuches, sino que alternan entre el vertical de los veliches y el horizontal de España; empleando en la nomenclatura del telar y todos los accesorios la exclusiva terminología araucana. En los bordados y tejidos de adorno prefieren el punto a bolillo con arrobadores modelos generalizados en los visillos, las amplias carpetas de mesa y los pañitos de la misma trama.
Sin ocuparse de loe trabajos propiamente indígenas de los araucanos, que moran entre el Bio Bio y Llanquihue, es forzoso referirse a las imitaciones criollas de esta zona. Al margen utilitario pertenecen las alfombras, los tapetes, las sobrecamas, los chales de rebozo, las colchas los frazadas y hasta las alforjas; contraponiéndose a las