el caso de que la vena madre de nuestra inspiración popular, dió todas sus referencias a un sendero espiritual casi exclusivamente dedicado al homenaje mariano, fijando esta onomástica en los vocablos "Mariquita", "Señora doña María"; y, sin supeditarlos al loor y alabanza del Niño Dios, del Portal de Belén y de los Reyes Magos. Tal como en otras latitudes es de rigor, en estas ocasiones, el cántico "Noche de Paz", lo son en Chile las cantilenas a la "Señora doña María", con innumerables variantes. El remotísimo origen de esta preferencia puede sorprenderse en la estrofa española:
Désnol ' aguinadl
Señora, por Dios;
pelo nacemento
d'o fillo de Dios.
Todo este parnaso religioso, aclimatado definitivamente en las provincias centrales y australes de nuestro