Página:ECH 3009 3 - Equitación criolla.djvu/12

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cinchas de cordel, de cáñamo y de lana; como también las riendas y guarniciones elaboradas en crin.

De los diferentes ciclos de la adaptación hípica son los más arriesgados los que se refieren al amansamiento y los más ingratos los que tienen atingencia con la propia instrucción (ensillar, montar y arrendar), de suyo pacientes y tenaces, y ya bien considerados anteriormente. La inclinación del guaso se manifiesta, sin embargo, en los ejercicios, ya tradicionales, de la carrera corta y recta y de las "topeaduras". La primera de estas fases de la equitación ha sido descrita por los memorialistas chilenos y extranjeros como un juego de azar en que ambos contendores proponíanse más bien obstaculizar el cometido ajeno, antes que desplegar la capacidad de su propia cabalgadura. Bien opuesta a esos lances resulta la suerte de topear en la vara, labor bien considerada del animal solípedo, probando efectivamente su robustez y resistencia.

Puesto el equino en relación con los vacunos surgen, en la persecución y captura, situaciones eventuales que ponen verdaderamente a prueba las dotes del jinete. Para estos casos la escuela criolla algunas maniobras sintéticas de orden general. Es una de ellas la brusca "rematada", elocuente prueba de la enseñanza equina, también la maniobra de "encobrar". Se refiere ésta a los casos fortuitos en el ejercicio del lazo. El tirón del animal capturado debe resistirse en cualquier sentido o posición. Es así como adquieren gran importancia las probabilidades de enrollar el lazo en cualquier apoyo del arreo, para salvar unos dedos, una pierna o un antebrazo comprometidos.



Bibliografía

Letelier Espínola, Miguel. "Estudio sobre el caballo chileno". Revista "El Campesino" de