Candelilla, La.
Folk. Mito.
Luminaria nocturna de forma cambiante, cuyos destellos surgen y desaparecen en diferentes puntos de aquellos sitios rurales donde predominan el pasto natural y los arbustos. Se le atribuye la dañina capacidad de atraer a los transeúntes, que, enceguecidos y víctimas de una amnesia causada por el miedo, deben vagar, a veces hasta la madrugada, para recuperar la ruta.
Míticamente explícase el fenómeno como uno de los tantos procedimientos de exteriorización por medio de metamorfosis, propios de los brujos, lo que recibe su mejor ilustración a través de los dos recursos existentes para destruir los perturbadores efectos de las candelillas.
Si el sorprendido está de a caballo, ha de aflojar las barrigueras de la montura, tomar el pelero, dejarlo sobre la tierra y atravesarlo con un cuchillo. En ese mismo instante aparece a escasos metros de él, en cuclillas, y en su condición humana, el brujo que se encubría tras la apariencia de centella, y al que, sin vacilación se le corta la parte superior de la oreja para reconocerlo posteriormente, ante lo cual el inmovilizado no ofrece ninguna resistencia ni podrá después tomar represalia. Pero si el encandelillado se encuentra de a pie, procede a la engorrosa acción de desvestirse por completo para ponerse de inmediato todas las prendas de su indumentaria al revés, con lo cual conseguirá el mismo descubrimiento del caso anterior, sin que varíen las consecuencias.
La interpretación científica atinente a este mito de notable divulgación en las provincias centrales del país, se basa en las fosforescencias despedidas por ciertas especies de coleópteros, lo que permite una didáctica relación entre la fantasía y la realidad.
