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Página:ECH 519 48 - Oración, La.djvu/2

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vigencia:

ya viene rompiendo el alba,
con su luz, el claro día;
alabemos en esta hera
a Jesús, José y María.

Jesucristo anda perdido,
la Virgen le anda buscando,
¿quién ha visto por aquí
una estrellita relumbrando?

Alabemos al Señor,
que nos da su santo cuerpo,
en el ara del altar
se celebra un sacramento.

Alabanzas que hemos dicho
las ofrezco por los tres:
por la Virgen y el Señor
y mi padre San José.

La acción de gracias tiene un acabado exponente en esta oración, común en la zona comprendida ente las provincias de Coquimbo y Concepción:

Gracias te doy, buen Señor,
alabe tu gran poder;
Tú me has prestado la vida,
me has dejado amanecer.

Por eso pido, Dios mío,
me dejes anochecer
y que me libres del Malo
por siempre jamás, amén.

La relación episódica que constituye el cuarto tipo citado, se encuentra en un terreno fronterizo con el corrido de tema piadoso, como podría comprobarse, entre otras casos, con la frecuentísima narración del milagro de la multiplicación de naranjas y obsequio de la facultad visual al cuidador de ellas, por parte de Jesús, y cuya versión más divulgada empieza:

Camina la Virgen pura,
camina para Belén,
con un Niño entre sus brazos
que daba gusto de ver.

No obstante, en este ámbito se encuentran varios ejemplos que sólo se desempeñan como oraciones propiamente dichas, en particular las que hacen referencia a las virtudes del o de los protagonistas del relato, con evidente solicitud de amparo