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Página:Eckermann - Conversaciones con Goethe - Tomo III (1920).pdf/278

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su papel anterior. El teatro de polichinela, por lo demás, tiene tan mala fama, que nadie habla en buena sociedad de haber estado en él. Como puede pensarse, las mujeres no van, sólo asisten hombres.

El polichinela es como un periódico vivo. Todo lo que ha pasado de notable durante el día en Nápoles lo comenta él por la noche. Estas histo- rias locales, dichas además en dialecto popular, hacen que sea casi imposible de entender para el forastero."

Goethe llevó la conversación a otros recuerdos de sus tiempos antiguos. Habló de la poca con- fianza que le inspiraba el papel moneda y de las experiencias que había hecho con él. Como con- firmación nos refirió una anécdota de Grimm, en la época de la Revolución francesa. No creyén- dose seguro en París había vuelto a Alemania y vivía en Gotha.

"Estábamos un día comiendo en casa de Grimm -dijo Goethe. No recuerdo cómo vino la con- versación; ello es que de pronto Grimm exclamó: "Apuesto a que no hay en Europa un monarca que tenga un par de puños tan preciosos como los míos y a que nadie los ha pagado a tanto precio como yo." Puede pensarse que todos mos- tramos un asombro incrédulo, singularmente las damas, y que todos teníamos gran curiosidad por ver un par de puños tan maravillosos. Grimm se levantó y sacó de su armario un par de puños de encaje, tan magníficos, que todos quedamos Coders PSA LAYAN