pleos del Estado, pensiones o patrimonios pro- pios. Además, no todos sirven para vivir aquí, ni a todos se les prestaría un servicio trayén- dolos. Sin embargo, no olvidaré sus intenciones y veremos a ver si los años venideros nos traen algo bueno."
Miércoles 21 de marzo de 1831. *
Goethe se sentía bastante mal en los últimos tiempos, tanto, que sólo recibía a sus amigos más íntimos. Hace unas semanas hubo que ha- cerle una sangría; luego aparecieron molestias y dolores en la pierna derecha, hasta que al cabo el mal interno se manifestó por una herida en un pie, a lo que siguió una rápida curación. Ha- ce unos días desapareció también esta herida, y vuelve a sentirse sano y contento como antes.
Hoy le visitó la gran duquesa, que volvió muy satisfecha de verle. Ella había preguntado por su estado, y él había respondido galantemente que hasta entonces no se había notado su cura- ción; pero que su presencia le haría sentir de veras su restablecimiento.
Miércoles 14 de abril de 1831. *
Soirée en las habitaciones del príncipe. Uno de los presentes, de edad más avanzada, que recorda- ba varias cosas de los primeros años de la estancia Zamisena dek de Cata