todo instrumento y toda nota, mientras que el profano sólo percibe la impresión del conjunto.. El hombre que sale al campo a gozar de él no ve sino la amena superficie de una pradera ver- de y florida, mientras que el botánico percibe el detalle infinito de las más diversas plantas y hierbas.
"Mas todo tiene su medida y su límite, y de la misma manera que, como ya se dice en mi Götz, el chico, a fuerza de sabiduría, ya no reconoce a su propio padre, en la ciencia nos encontramos gentes que a fuerza de sabiduría y de hipótesis se hacen incapaces para oír y ver. Esas gentes tienden a convertirlo todo prontamente a su inte- rior; están tan ocupados de lo que pasa dentro de sí mismos, que les ocurre lo que a un hombre apasionado que pasa en la calle por delante de sus mejores amigos sin verlos. Para observar la Na- turaleza, requiérese una cierta apacible limpieza de la mente, que no esté distraída ni preocupada por nada. Al niño no se le escapa la mariposa que está sobre la flor; tiene todos sus sentidos concentrados en un único interés simple, y no se le ocurre que, por ejemplo, allá arriba en las nubes pase algo notable que reclame al mismo tiempo su atención."
"De manera-repuse-que los niños y los espí- ritus sencillos podrían ser buenos operarios de la ciencia." "Ojalá! - interrumpió Goethe-. ¡No fuésemos todos más que buenos operarios! Echa- mos a perder nuestras observaciones precisamen- Zex Weeks C