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XXXIII

El inmortal naturalista Plinio,
animal flens al hombre definia;
y aunque saber no entra en mi dominio
cómo su montaraz descortesia
pudo con inaudito raciocinio
hacerlo autor de tal majaderia,—
al deslizar sobre el papel la pluma,
esa fiscal definicion me abruma.

XXXIV

Nóto que soy lloron á todas luces,
ó, con más propiedad, á moco y baba;
y aunque, lector! de charlatan me acuses,
mi pena empieza donde el llanto acaba....
Idos allá, pedazos de avestruces,
que no admitís contra la hirviente lava
del perturbado corazon, la droga
de flébiles quejumbres, tan en boga!

XXXV

Murió su madre.... El nido de la selva
desamparado yace y sin abrigo:
cuando la luz á iluminarlo vuelva,
de su desolacion será testigo.
Preciso es de una vez que se resuelva
el pájaro á volar; le falta trigo....
Quién cuidará que en el primer ensayo
no caiga del espacio, como un rayo?