IV.
Apenas hubo llegado D. Luis á la corte, fué su primera diligencia escribir á su padre, noticiándole su determinacion de ir á concluir allí los estudios de su carrera, y diciéndole que la habia tomado usando del permiso que le tenia concedido; ocultándole empero la verdadera causa.
Recibió á poco su aprobacion, y algunos meses despues, quince dias antes de recibirse de Licenciado, se vió agradablemente sorprendido por él: sorpresa tanto mas agradable cuanto que le ponia en estado de poder realizar un proyecto que hacia algun tiempo no se apartaba de su imaginacion.
Lejos de haber olvidado á su bella Anita, la amaba siempre con la misma ternura, á pesar de su firme resolucion, y solo era completo su gozo en los momentos que pensaba en ella. Hallábase arrepentido de su imprudente conducta y estaba determinado á enmendarla contándoselo todo á su padre cuando tuviese concluida su carrera, y pidiéndole su consentimiento para ir á casarse, si ella no le había olvidado.
Júzguese de su alegría al verle en momentos en que tanto le necesitaba. Le enteró de todas las circunstancias que concurrian á hacer aquella boda necesaria para su felicidad, suplicándole que olvidase el haber faltado á su promesa, á pesar de haber puesto cuanto pudo de su parte por evitarlo. En vista de esto su padre que deseaba no disgustarle,
