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En sendos chubascos el agua bajando
En lago profundo las calles convierta,
Que nunca á mis ojos la tierra es desierta
Si puedo á mi amada vivir contemplando!

Temblar asustada la miro tranquilo,
Mi acento disipa sus justos temores,
Y ansiosa procura buscar un asilo
Do pronto recobra sus bellos colores.

Cualquier estampido su cuerpo estremece,
Esconde en mi seno su faz seductora,
Y al par que su miedo mi voz desvanece,
La suya repite que tierna me adora!

Y miro gustoso rugir la tormenta,
La nube que crece, que ciega se lanza,
Y entonces mi pecho se ensancha y alienta,
Pues crece con ella mi dulce esperanza!...


¡Cuando brama el huracan
Si vierais mi ninfa amada
Acercarse á mí agitada
Y palpitando de amor,
Cual la cándida paloma
Que del plomo al estampido