Página:El Cardenal Cisneros (06).djvu/14

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tanta insolencia. Si Zurita no nos lo dejase vislumbrar [1], si Alvar Gómez no lo dijese más claramente [2], la propia conducta de Pedro Navarro nos lo haria sospechar, y es triste ciertamente que contra héroes como el Gran Capitán ó caracteres como Cisneros, los Reyes busquen cómplices en hombres como éste, que aunque la suerte les sonria y los Soberanos los ennoblezcan con títulos, bien que no los hagan nobles de corazon, al fin, guiados por su interés y su codicia, venden á su Rey y á su patria, intrigando ó guerreando contra el uno y contra la otra en nombre del extranjero, y viniendo á sufrir la expiación que siempre debian de tener los traidores.

Cisneros, pues, tuvo que regresar á la Península, con tanto más motivo, cuanto que interceptó una carta del Rey dirigida á Pedro Navarro, en que le decia: Detened á ese buen hombre, que no vuelva tan pronto á España; miéntras se pueda, conviene usar de su persona y dinero. Detenedle, si podéis, en Orán, y pensad alguna nueva empresa. Lastimado por D. Fernando, ofendido por Pedro Navarro, el Cardenal Cisneros se retiró á Alcalá, y desde allí, dirigiéndose á su constante amigo Lopez Ayala, exhala sus quejas contra el último, cuya integridad y cuya previsión no quedan bien paradas, pidiendo que el Rey nombre persona que, cuando menos, se haga cargo de las provisiones y mantenimientos, si no se quiere perderlo todo [3].

  1. Tom. VI, lib. III, cap, XXX, Anales.
  2. De rebus gestis Francisci Ximenii, lib. IV.
  3. Carta XIX de la colección de los Sres. Gayangos y Lafuente. — Había ántes en el Archivo del Colegio de Alcalá, según el testimonio del P. Quintanilla, que las vio, cartas de Don Fernando Zárate, escritas desde Orán por el mes de Junio de 1509, en que daba cuenta de lo mal que el Conde Pedro Navarro administraba las haciendas Reales, y de lo que hurtaba.

(Se continuará.)


C. Navarro y Rodrigo.